En el corazón histórico de San Telmo, donde cada baldosa guarda una historia y cada fachada respira tiempo, Robinet volvió a encontrarse con su origen: el bronce en su estado más puro.

Para este proyecto, elegimos trabajar con bronce pulido sin laca, un acabado vivo que evoluciona con el uso, que respira con el aire del barrio y que, con el paso del tiempo, desarrolla una pátina única, tan irrepetible como la casa misma.

La propuesta combinó piezas pensadas especialmente para este espacio, con customizaciones realizadas a pedido del cliente: alturas específicas, picos modificados, volantes reinterpretados y detalles hechos a mano que transforman cada grifería en una pieza de autor.

A esto se sumó la restauración de antiguos accesorios de bronce, rescatados del propio edificio. Los devolvimos a la vida respetando su espíritu original, integrándolos de manera natural a la estética actual del proyecto. El resultado es un diálogo entre épocas: lo nuevo que honra lo antiguo, lo restaurado que encuentra su lugar, lo artesanal que se vuelve protagonista.

Un proyecto que refleja la esencia de San Telmo: auténtico, imperfecto en el mejor sentido, lleno de carácter y de luz propia.